Por este motivo se realizaron diversos montajes fotográficos sobre posibles aspectos que podría haber adoptado. Pero no solamente fueron gobiernos y servicios secretos los que especularon sobre las diferentes apariencias de Hitler en una vida normal. También la prensa se entretuvo jugando con la cara del dictador tratando de imaginar a qué se hubiera dedicado.
Este es el caso de un periódico canadiense que en su edición del 8 de noviembre de 1944 podía verse lo siguiente.
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